sábado, 17 de octubre de 2009

Alejandro Magno ¿El primer retrato de la historia?

Hoy os presento el busto de Alejandro Magno, o más bien su cabeza. Es una copia romana en mármol del original que esculpió Lisipo (h. 325-300 a. C.). Hoy se encuentra en el museo arqueológico de Estambul. Lisipo fue el escultor oficial de Alejandro (y el más representativo de su época), y perteneció a una generación de escultores en la que se produjo un cambio significativo con respecto a las anteriores. Los retratos comenzaban a parecerse a los retratados. Hasta la fecha todas las imágenes se idealizaban, y las características distintivas eran la barba, el peinado, la vestimenta, etc., pero no las facciones físicas del individuo. Se ceree que la cara de esta escultura es una imagen fiel de Alejandro Magno. Aunque evidentemente no hay modo alguno de contrastar esta idea, porque la fotografía habría de inventarse unos pocos años después.

Cabeza de Alejandro Magno (Lisipo)

La técnica que empleé en esta ilustración fue mixta: lápiz y aguada de tinta china. El resultado final me pareció bastante satisfactorio, si excluimos la ejecución del pelo. No me gusta cómo lo hice y no está a la altura del resto de la cara. Muchos dibujantes no le dan al pelo la importancia que merece, y eso es un error. El peinado, o el pelo en general, es un elemento esencial del retrato y bastante difícil de realizar. En mi caso no fue falta de interés, sino falta de habilidad con el pincel. De hecho empecé a explorar la aguada seriamente con esta ilustración, así que tampoco se me podía pedir mucho más.

3 comentarios:

Vanesa dijo...

cultureta...cultureta

Source dijo...

La napia de boxeador le da un toque un poco extraño... desde luego idealizado no parece...

Por lo demás mola aunque coincido con el diagnóstico capilar.

Jorge Fuentes Megías dijo...

La erosión siempre resultó un adversario duro, capullo!!!.